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LAS 5 ENFERMEDADES MÁS COMUNES EN LOS PADRES

Si comparamos a hombres y mujeres en cuanto a cuidar su salud, se sabe que los hombres se preocupan mucho menos que las mujeres en cuidar su salud, lo cual sucede mucho en México. Esto se debe mayormente por desconocimiento y también por un problema social, el machismo, ya que una enfermedad significa debilidad, lo cual afecta su hombría; esto fue estudiado en el 2017 por el Centro de Cirugía Ambulatoria del ISSSTE.

 

Lo que mayormente influye en el desarrollo de enfermedades en los hombres es su estilo de vida. La mala alimentación, normalmente hipercalórica, el consumo de alcohol en exceso, y la falta de actividad física son los principales causantes de que las enfermedades más comunes que sufren los hombres sean estas:

 

1. Cáncer de Próstata

 

El cáncer, y en especial el de próstata, es uno que crece lentamente, y que tiene una gran incidencia en hombres. Inicia en la glándula prostática, pero en situaciones avanzadas podría incluso diseminarse al pulmón.

 

Usualmente, los hombres con cáncer de próstata pueden llevar una vida normal sin el uso de muchos medicamentos, pero existen casos extraordinarios en donde el cáncer de próstata se vuelve agresivo y se disemina muy rápidamente.

 

Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata son:

 

Antecedentes familiares.

Edad avanzada.

Raza afroamericana.

Obesidad.

 

2. Cirrosis Hepática

 

La cirrosis hepática es una complicación tardía de un daño hepático crónico, el cual pudo deberse a excesiva ingesta de alcohol o hepatitis B/C. La cirrosis consiste básicamente en la formación de tejido fibrótico o “cicatrices” en el hígado.

 

Si los agentes causantes del daño hepático se mantienen, como el alcohol, la cirrosis irá avanzando poco a poco, llegando hasta el punto en que el hígado no funciona bien debido a que ya no hay tejido sano ni funcional, llegando a ser incluso una enfermedad mortal si no es manejada a tiempo.

 

3. Diabetes Mellitus

 

La diabetes es una enfermedad muy común que se produce cuando el páncreas no puede fabricar o liberar insulina suficiente, o cuando la insulina no produce el efecto deseado en el organismo porque las células no responden a la misma (lo que se conoce como resistencia a la insulina.)

 

Estudios realizados a la población han demostrado que, en una comparación entre hombres y mujeres, los hombres entre edades de 34 a 55 años tienen una mayor probabilidad de padecer diabetes tipo 2.

 

La diabetes tiene una repercusión global sobre el organismo, ya que puede afectar a distintos órganos como: los ojos (provocando una retinopatía diabética), los riñones, el sistema nervioso periférico (afectando la sensibilidad), el sistema nervioso autónomo, y la circulación.

 

Una de las consecuencias más graves que se ha visto por falta de cuidados de pacientes diabéticos es la amputación de miembros inferiores. Esto sucede debido a la mala circulación provocada por la diabetes y las infecciones oportunistas que, al invadir heridas en las piernas, son muy difíciles de eliminar.

 

4. Hipertensión Arterial

 

La hipertensión arterial es una enfermedad de incidencia muy alta en hombres, la cual puede deberse a distintas causas. Estos factores causantes producen un aumento en la presión de las arterias, haciendo que el corazón haga un mayor esfuerzo para bombear la sangre hacia el resto del cuerpo.

 

Esta enfermedad es crónica, es decir, que nos acompaña de forma permanente. Usando la medicación correcta, las personas que padecen hipertensión arterial pueden hacer su vida de manera normal, pero si no es tratada correctamente, llegará un momento en el que el corazón no pueda superar la presión tan alta de las arterias, provocando como consecuencia muchas otras enfermedades.

 

La hipertensión arterial es una enfermedad que puede ser causada por muchos factores, entre los cuales se encuentran un estilo de vida poco saludable, y que se va desarrollando en el transcurso de muchos años. Afortunadamente, esta enfermedad, puede ser detectada de forma temprana, evitando muchas de sus consecuencias y daño a otros órganos.

 

Algunos síntomas que son indicativos de tener una presión arterial elevada son: dolor de cabeza fuerte (especialmente en la región frontal), náuseas, vómitos, confusión, problemas en la visión, o sangrado nasal. Cabe acotar que no necesariamente se tienen que presentar estos síntomas al tener un aumento de la presión arterial, ya que algunas personas son asintomáticas, pero es lo común cuando el aumento de la presión arterial alcanza una etapa grave.

 

La presión arterial alta no controlada puede ocasionar complicaciones como:

 

Ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.

Aneurisma.

Insuficiencia cardíaca.

Insuficiencia renal aguda por vasos sanguíneos estrechados en los riñones.

Retinopatía hipertensiva por vasos sanguíneos engrosados, estrechados o desgarrados en los ojos.

Problemas con la memoria o el entendimiento y demencia.

 

5. Enfermedad Cardiaca Isquémica (Infarto)

 

Ocurre cuando hay una disminución del flujo sanguíneo que nutre al corazón, lo que impide que el músculo cardíaco reciba suficiente oxígeno. Esta disminución del flujo sanguíneo generalmente se produce debido a una obstrucción parcial o total de las arterias coronarias, las cuales se encargan de oxigenar y nutrir al músculo cardiaco.

 

Conociendo esto nos permite comprender que el tratamiento para evitar un posible infarto o isquemia miocárdica implica directamente la mejora del flujo sanguíneo al músculo cardíaco. El tratamiento puede incluir medicamentos, un procedimiento para abrir las arterias bloqueadas (angioplastia), o cirugía de bypass.

 

Algunas de las enfermedades que pueden causar isquemia miocárdica son:

 

Enfermedad de las arterias coronarias (aterosclerosis).

Coágulo sanguíneo.

Espasmo de la arteria coronaria.

Ataque cardíaco previo.

 

Además, algunos factores de riesgo que influyen en el desarrollo de una cardiopatía isquémica son:

 

Antecedentes familiares.

Consumo de tabaco.

Diabetes.

Hipertensión arterial.

Niveles elevados de colesterol y triglicéridos en sangre.

Obesidad.

Sedentarismo.

Si comparamos a hombres y mujeres en cuanto a cuidar su salud, se sabe que los hombres se preocupan mucho menos que las mujeres en cuidar su salud, lo cual sucede mucho en México. Esto se debe mayormente por desconocimiento y también por un problema social, el machismo, ya que una enfermedad significa debilidad, lo cual afecta su hombría; esto fue estudiado en el 2017 por el Centro de Cirugía Ambulatoria del ISSSTE.

 

Lo que mayormente influye en el desarrollo de enfermedades en los hombres es su estilo de vida. La mala alimentación, normalmente hipercalórica, el consumo de alcohol en exceso, y la falta de actividad física son los principales causantes de que las enfermedades más comunes que sufren los hombres sean estas:

 

1. Cáncer de Próstata

 

El cáncer, y en especial el de próstata, es uno que crece lentamente, y que tiene una gran incidencia en hombres. Inicia en la glándula prostática, pero en situaciones avanzadas podría incluso diseminarse al pulmón.

 

Usualmente, los hombres con cáncer de próstata pueden llevar una vida normal sin el uso de muchos medicamentos, pero existen casos extraordinarios en donde el cáncer de próstata se vuelve agresivo y se disemina muy rápidamente.

 

Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata son:

 

Antecedentes familiares.

Edad avanzada.

Raza afroamericana.

Obesidad.

 

2. Cirrosis Hepática

 

La cirrosis hepática es una complicación tardía de un daño hepático crónico, el cual pudo deberse a excesiva ingesta de alcohol o hepatitis B/C. La cirrosis consiste básicamente en la formación de tejido fibrótico o “cicatrices” en el hígado.

 

Si los agentes causantes del daño hepático se mantienen, como el alcohol, la cirrosis irá avanzando poco a poco, llegando hasta el punto en que el hígado no funciona bien debido a que ya no hay tejido sano ni funcional, llegando a ser incluso una enfermedad mortal si no es manejada a tiempo.

 

3. Diabetes Mellitus

 

La diabetes es una enfermedad muy común que se produce cuando el páncreas no puede fabricar o liberar insulina suficiente, o cuando la insulina no produce el efecto deseado en el organismo porque las células no responden a la misma (lo que se conoce como resistencia a la insulina.)

 

Estudios realizados a la población han demostrado que, en una comparación entre hombres y mujeres, los hombres entre edades de 34 a 55 años tienen una mayor probabilidad de padecer diabetes tipo 2.

 

La diabetes tiene una repercusión global sobre el organismo, ya que puede afectar a distintos órganos como: los ojos (provocando una retinopatía diabética), los riñones, el sistema nervioso periférico (afectando la sensibilidad), el sistema nervioso autónomo, y la circulación.

 

Una de las consecuencias más graves que se ha visto por falta de cuidados de pacientes diabéticos es la amputación de miembros inferiores. Esto sucede debido a la mala circulación provocada por la diabetes y las infecciones oportunistas que, al invadir heridas en las piernas, son muy difíciles de eliminar.

 

4. Hipertensión Arterial

 

La hipertensión arterial es una enfermedad de incidencia muy alta en hombres, la cual puede deberse a distintas causas. Estos factores causantes producen un aumento en la presión de las arterias, haciendo que el corazón haga un mayor esfuerzo para bombear la sangre hacia el resto del cuerpo.

 

Esta enfermedad es crónica, es decir, que nos acompaña de forma permanente. Usando la medicación correcta, las personas que padecen hipertensión arterial pueden hacer su vida de manera normal, pero si no es tratada correctamente, llegará un momento en el que el corazón no pueda superar la presión tan alta de las arterias, provocando como consecuencia muchas otras enfermedades.

 

La hipertensión arterial es una enfermedad que puede ser causada por muchos factores, entre los cuales se encuentran un estilo de vida poco saludable, y que se va desarrollando en el transcurso de muchos años. Afortunadamente, esta enfermedad, puede ser detectada de forma temprana, evitando muchas de sus consecuencias y daño a otros órganos.

 

Algunos síntomas que son indicativos de tener una presión arterial elevada son: dolor de cabeza fuerte (especialmente en la región frontal), náuseas, vómitos, confusión, problemas en la visión, o sangrado nasal. Cabe acotar que no necesariamente se tienen que presentar estos síntomas al tener un aumento de la presión arterial, ya que algunas personas son asintomáticas, pero es lo común cuando el aumento de la presión arterial alcanza una etapa grave.

 

La presión arterial alta no controlada puede ocasionar complicaciones como:

 

Ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.

Aneurisma.

Insuficiencia cardíaca.

Insuficiencia renal aguda por vasos sanguíneos estrechados en los riñones.

Retinopatía hipertensiva por vasos sanguíneos engrosados, estrechados o desgarrados en los ojos.

Problemas con la memoria o el entendimiento y demencia.

 

5. Enfermedad Cardiaca Isquémica (Infarto)

 

Ocurre cuando hay una disminución del flujo sanguíneo que nutre al corazón, lo que impide que el músculo cardíaco reciba suficiente oxígeno. Esta disminución del flujo sanguíneo generalmente se produce debido a una obstrucción parcial o total de las arterias coronarias, las cuales se encargan de oxigenar y nutrir al músculo cardiaco.

 

Conociendo esto nos permite comprender que el tratamiento para evitar un posible infarto o isquemia miocárdica implica directamente la mejora del flujo sanguíneo al músculo cardíaco. El tratamiento puede incluir medicamentos, un procedimiento para abrir las arterias bloqueadas (angioplastia), o cirugía de bypass.

 

Algunas de las enfermedades que pueden causar isquemia miocárdica son:

 

Enfermedad de las arterias coronarias (aterosclerosis).

Coágulo sanguíneo.

Espasmo de la arteria coronaria.

Ataque cardíaco previo.

 

Además, algunos factores de riesgo que influyen en el desarrollo de una cardiopatía isquémica son:

 

Antecedentes familiares.

Consumo de tabaco.

Diabetes.

Hipertensión arterial.

Niveles elevados de colesterol y triglicéridos en sangre.

Obesidad.

Sedentarismo.