¿Has visto que algunas empresas ofrecen gimnasio a sus empleados? Pues estos beneficios que dan las empresas no es solo una táctica o una moda, sino que tiene que ver sobre la productividad de los empleados.
Existen estudios que comprueban esto. Un estudio realizado por Robert Stewart afirma que realizar ejercicios libera una serie de neurotransmisores en el cerebro, como la dopamina, la serotonina, y la noradrenalina, además de liberar también hormonas de la felicidad. Todo esto hace que las personas tengan un mejor sueño y regulen el metabolismo, aumentando así la concentración y la motivación, impactando directamente en la productividad que las personas tienen en el trabajo.
Ejemplo de esto son las grandes empresas de Facebook o LinkedIn, las cuales se dieron cuenta del impacto positivo que poseen este tipo de hábitos saludables, no solo en la productividad de los trabajadores, sino también en el propio ambiente laboral, y en el rendimiento general de la empresa.
Es por esta razón que estas empresas y muchas otras se han dedicado a fomentar e implementar hábitos saludables en sus trabajadores, creando rutinas y fomentando la alimentación saludable y el ejercicio que impulsen el bienestar, tanto físico como mental, de los empleados.
A parte del ejercicio, existen muchos otros hábitos saludables que los trabajadores pueden adoptar en su vida y sus rutinas que mejoran la productividad laboral, y además su bienestar físico y mental. Estos hábitos saludables son:
Fijar objetivos diarios.
Tener metas es muy bueno, ya que nos ayudan a cumplir con actividades y trabajos, pero crearnos metas muy grandes con objetivos difíciles de alcanzar en un corto plazo puede ser contraproducente. Estas metas tan grandes podrían tener el efecto contrario, y en vez de aumentar nuestra productividad, agregarían estrés y frustración a la carga laboral por no poder cumplirlas. Es mejor fijar objetivos que sean diarios, medibles, y fáciles de alcanzar, para mejorar nuestro progreso y aumentar la productividad.
Escuchar música.
La música, al igual que el ejercicio, libera en nosotros neurotransmisores y hormonas que nos ayudan a controlar el estrés y aumentar la creatividad, teniendo un impacto en la productividad de los trabajadores. Existen estudios al respecto, como “The effect of music listening on work performance,” el cual demuestra que escuchar música en el trabajo tiene un impacto positivo en el rendimiento de los trabajadores.
Reserva tiempo para ti.
Si bien hemos dicho que se debe organizar el tiempo y asignarle una tarea, también debemos acordarnos de reservar tiempo para nosotros. Para leer, dar un paseo, tomar un café… no somos máquinas, así que también necesitamos tiempo de ocio y relajación para cargar las pilas. De lo contrario, tomamos la carretera directa al estrés, la frustración, y la depresión.
Evitar el multitasking.
Ser multitasking o tener la habilidad de ser “multitarea” a veces no es tan beneficioso como se piensa. Hacer diversas actividades al mismo tiempo puede llevarnos a no realizar ninguna al 100% de nuestras capacidades, ya que nuestra atención se encuentra dividida en varias tareas al mismo tiempo. En cambio, realizar una sola actividad o trabajo a la vez, permite que le demos toda nuestra atención y concentración, asegurándonos de completarla al 100%.
Levantarse temprano.
Puede que levantarse temprano no sea una rutina fácil de adoptar para todo el mundo, pero realmente genera ciertos beneficios que es importante considerar. Permite aprovechar las horas de mayor actividad, te permite organizar y planificar mejor el día, ayuda a regular los horarios de sueño, y también, te obliga a desayunar (lo cual muchas personas no hacen, sin saber que no desayunar genera un impacto negativo directo en su productividad!).
¿Has visto que algunas empresas ofrecen gimnasio a sus empleados? Pues estos beneficios que dan las empresas no es solo una táctica o una moda, sino que tiene que ver sobre la productividad de los empleados.
Existen estudios que comprueban esto. Un estudio realizado por Robert Stewart afirma que realizar ejercicios libera una serie de neurotransmisores en el cerebro, como la dopamina, la serotonina, y la noradrenalina, además de liberar también hormonas de la felicidad. Todo esto hace que las personas tengan un mejor sueño y regulen el metabolismo, aumentando así la concentración y la motivación, impactando directamente en la productividad que las personas tienen en el trabajo.
Ejemplo de esto son las grandes empresas de Facebook o LinkedIn, las cuales se dieron cuenta del impacto positivo que poseen este tipo de hábitos saludables, no solo en la productividad de los trabajadores, sino también en el propio ambiente laboral, y en el rendimiento general de la empresa.
Es por esta razón que estas empresas y muchas otras se han dedicado a fomentar e implementar hábitos saludables en sus trabajadores, creando rutinas y fomentando la alimentación saludable y el ejercicio que impulsen el bienestar, tanto físico como mental, de los empleados.
A parte del ejercicio, existen muchos otros hábitos saludables que los trabajadores pueden adoptar en su vida y sus rutinas que mejoran la productividad laboral, y además su bienestar físico y mental. Estos hábitos saludables son:
Fijar objetivos diarios.
Tener metas es muy bueno, ya que nos ayudan a cumplir con actividades y trabajos, pero crearnos metas muy grandes con objetivos difíciles de alcanzar en un corto plazo puede ser contraproducente. Estas metas tan grandes podrían tener el efecto contrario, y en vez de aumentar nuestra productividad, agregarían estrés y frustración a la carga laboral por no poder cumplirlas. Es mejor fijar objetivos que sean diarios, medibles, y fáciles de alcanzar, para mejorar nuestro progreso y aumentar la productividad.
Escuchar música.
La música, al igual que el ejercicio, libera en nosotros neurotransmisores y hormonas que nos ayudan a controlar el estrés y aumentar la creatividad, teniendo un impacto en la productividad de los trabajadores. Existen estudios al respecto, como “The effect of music listening on work performance,” el cual demuestra que escuchar música en el trabajo tiene un impacto positivo en el rendimiento de los trabajadores.
Reserva tiempo para ti.
Si bien hemos dicho que se debe organizar el tiempo y asignarle una tarea, también debemos acordarnos de reservar tiempo para nosotros. Para leer, dar un paseo, tomar un café… no somos máquinas, así que también necesitamos tiempo de ocio y relajación para cargar las pilas. De lo contrario, tomamos la carretera directa al estrés, la frustración, y la depresión.
Evitar el multitasking.
Ser multitasking o tener la habilidad de ser “multitarea” a veces no es tan beneficioso como se piensa. Hacer diversas actividades al mismo tiempo puede llevarnos a no realizar ninguna al 100% de nuestras capacidades, ya que nuestra atención se encuentra dividida en varias tareas al mismo tiempo. En cambio, realizar una sola actividad o trabajo a la vez, permite que le demos toda nuestra atención y concentración, asegurándonos de completarla al 100%.
Levantarse temprano.
Puede que levantarse temprano no sea una rutina fácil de adoptar para todo el mundo, pero realmente genera ciertos beneficios que es importante considerar. Permite aprovechar las horas de mayor actividad, te permite organizar y planificar mejor el día, ayuda a regular los horarios de sueño, y también, te obliga a desayunar (lo cual muchas personas no hacen, sin saber que no desayunar genera un impacto negativo directo en su productividad!).